viernes, julio 06, 2007

Reflexiones Futboleras

Miércoles, aproximadamente 20:00. En un bar al aire libre, Mashu y Pastv debaten con su acostumbrada agudeza sobre los complicados dilemas humanos, frente a dos jarras de cerveza. Frente a ellos, un monitor de cuenta de los sucesos del partido de fútbol de la selección nacional, frente a Brasil.

Un partido en que la selección se mostró brillante, un fútbol vistoso, alegre, ordenado pero al igual que el resto del torneo, poco efectivo. Pastv saca de la chistera la frase de un reconocido técnico: “será una pena no ver más a la selección ecuatoriana. El Fútbol es el deporte más injusto”

He de confesarlo, el fútbol me apasiona. Deberían haber registros fotográficos, cuando cobijado por la bandera, el corazón se quebraba viendo el final del Inglaterra Ecuador pasado, o de cuando, hace dos años y de rodillas, miraba el final del partido en donde el Chelsea eliminaba al Barca de la Liga de Campeones (en general, el campeonato nacional no me quita el sueño, debe ser uno de los más amarrados del mundo)

Y es que el fútbol saca al animal que tenemos dentro. Una pasión absurda, prehistórica, casi animal, por este deporte que entre otras cosas no entiende de justicia. La teoría del caos reina en él, su simpleza lo vuelve intolerablemente complicado, impredecible.

Vaciamos la cerveza después del penal que nos sacaba oficialmente de la Copa América. Al día siguiente, los medios harían más y mejores análisis que sobre la situación del país, los hinchas decepcionados doblaremos la camiseta tricolor; e igual de inexplicablemente, llenaremos el estadio en el primer partido de eliminatorias.

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