viernes, noviembre 14, 2008

Matando Soledades

Muchos años. Muchos espacios. Muchas cargas acumuladas, muchos golpes, muchas heridas. A veces, la soledad se muere poco a poco. Otras veces, de un solo golpe.

La mía, se mil dividió, hace años. Y cada día, cada respiro, asesina una soledad diferente.

Junto a ti, hemos asesinado varias. Como en el juego de los cocodrilos que salen de la caja, juntos tomamos un mazo, y les golpeamos duro en la cabeza. Los cocodrilos se van, llorando. Nosotros, reímos.

Y así, a veces y sin querer, nacen nuevas soledades. Y así, siempre sin querer, te hago daño, al querer comerme el mundo de un mordisco. Y solo.

A veces es tan fácil perder los rumbos. Hace tiempo, los perdía solo, y solo debía encontrarlos. Hoy que estás a mi lado, tenemos a alguien para señalarnos el camino, aunque muchas veces necesitamos uno o más golpecitos (zotes).

Solo espero que, con el tiempo, no sea necesario tanto dolor, para volver al camino. Para volver a tus brazos. Para volver a ti. PARA VOLVER A MI!

jueves, agosto 21, 2008

365

Cada cierto tiempo, suceden algunos momentos bisagra*. En palabras del creador del término, un momento bisagra es “un quiebre sutil que separa la vida en dos partes con una finísima carátula. Por lo general nos enteramos de estas grietas mucho después, en el sofá de un sicólogo o escribiendo un cuento.”

Agosto, 2007. Iba a la que, sin duda, era una de las citas más esperadas y por tanto difíciles de mi vida. Sabía, sin duda alguna, que iba rumbo a enfrentar un momento bisagra, tal vez, el más grande de mi vida.

Al principio, ambos optamos por ignorar el asunto. A mi se me amortiguaban las piernas (como ahora, cuando escribo esto) cada vez que pensaba en lo que venía… ¿cómo decirlo? ¿Cómo enfrentar una verdad tan enorme?

La velada pasó entre risas y conversaciones. Ella fue al baño, yo reuní todas las fuerzas del universo conocido para decir lo que seguía.

Hace un año, Mi Amor, comenzó, con nombre y apellido, una historia que desde lo más hondo de todo mi ser, no quiero que termine nunca. Hace un año, comenzaron los 365 días más intensos y felices de toda mi vida.

Hace un año, dijiste SI!

*Momento Bisagra: Frase usada por Hernan Casciari en Orsai. Ver referencia aquí.

domingo, agosto 10, 2008

La Cultura Manabística*

“No se apure, que la prisa trae cansancio”. El viejo hombre sube en la barquita que nos llevará al otro lado del río, se toma su tiempo. Manabí se toma su tiempo. Provincia mágica, caliente, con la magia de lo rural.

Antes, Quito. Amarrado al reloj, la vida diaria, y luchando con fantasmas, solo por vivir.
Mashu y La Mujer Alada van en busca de sus vacaciones y un poco de paz. Manabí se muestra con un clima impredecible, que puede cambiar de una ligera llovizna al inclemente sol, pasando por vientos helados, en horas. Pero lo mejor está por venir.

Lo mejor es su gente. Reforzados por el paisaje impresionante, han decidido tomarse la vida con calma, sin prisa ni mucho ruido. Es como el polo opuesto del día a día, como el blanco del negro Quito.

Además de buenos bronceados y estómagos satisfechos de sal prieta y sus derivados, traemos paz. Uno de los valores más difíciles de conservar en nuestra casi metrópoli es la paz. Volvemos con las maletas llenas, tranquilidad, votos renovados, y la alegría de saber, que en algún lugar, no tan lejano, las personas pueden vivir de otra forma.

* Término Acuñado por la Mujer Alada. Me he tomado la libertad de usarlo.
** Este artículo está dedicado a Don Dorian Gray, querido manaba, que de paso, conserva esa forma despreocupada y tranquila. A él y por eso, mi envidia.

miércoles, agosto 06, 2008

Encontrándose

Escribir es un vicio. Y como todo buen vicio, es incurable. Pero evitable.

Si usted quiere dejar algún vicio, puede tomar varias medidas. Parche de nicotina, abstinencia por gran voluntad… en mi caso y sin querer, me receté Vida Diaria. Si su vicio, querid@ lector@, es la escritura, enciérrese en una oficina todo el día, de preferencia detrás de una computadora, olvídese de leer sus libros, viva corriendo detrás del reloj, y conseguirá dejar la escritura… por un tiempo.

Por fortuna, existen personas que pueden re intoxicar. Yo tengo la mía, que es mi espejo fiel, o algo así como las hojas que pisamos cuando éramos niños (yo lo hacía hace poquito, me temo que estoy creciendo…) y que nos recordaban que seguimos caminando. Ella, un poco de playa, y la sacudida feliz del niño que llevo dentro, ayudan a volver al camino.

Para los que escribimos por naturaleza, lo que no quiere decir que lo hagamos bien, sino solamente que no podemos dejar de hacerlo, escribir es solo tratar de mostrar un poquito de lo que vemos y pensamos. Por aquí de vez en cuando, se vuelve un acto de humor. Por acá, siempre se vuelve un acto de amor.

Es bueno volver. Matar a la vida diaria, mirando a los ojos de la familia, de la mujer que amas; y encontrar, ahí, junto al reflejo del mar, esperando a buenas amigas: las palabras.